Clases de Filosofía Personales

Las clases de filosofía personales buscan acercar al estudiante a un verdadero proceso de iniciación, y digo iniciación en un sentido más profundo que el simple “comienzo”. No se trata solo de dar el primer paso en un camino de lecturas y conceptos, sino de ingresar en una experiencia transformadora que, como en los antiguos misterios, exige atravesar umbrales, dejar atrás certezas y disponerse a habitar preguntas.

La iniciación filosófica no es acumulación de datos ni repetición de teorías, sino una práctica que involucra al sujeto entero: su modo de pensar, de hablar, de mirar el mundo y de mirarse a sí mismo. Entrar en filosofía es ser interpelado, es dejarse herir por la duda y, al mismo tiempo, dejarse guiar por la razón y por la imaginación crítica.

En este sentido, cada encuentro funciona como un rito intelectual: se abre con una pregunta, se atraviesa un corpus de textos y experiencias, y se sale transformado. El estudiante inicia un tránsito que no es solo académico, sino existencial: aprender a desconfiar de lo obvio, a problematizar lo cotidiano, a leer el presente con herramientas que nacen tanto de Sócrates como de Nietzsche, de Platón como de Foucault.

La palabra iniciación remite, además, a una pertenencia: quien entra en filosofía se suma a una tradición milenaria de búsqueda, diálogo y crítica. Es ser introducido en una comunidad de voces que nunca se callan del todo y que siempre esperan nuevas interpretaciones. 

El programa de iniciación personal a la filosofía cuatro clases por mes de 1 hora cada uno.